Para cuidar y proteger al máximo la piel del rostro, no sólo es importante mantenerla hidratada y protegida de los rayos del sol y otros agentes externos, sino que es fundamental limpiarla de manera eficiente cada cierto tiempo para mantenerla en óptimas condiciones. En este artículo te contamos cuáles son los beneficios principales y para qué sirve una limpieza facial profunda.
Qué es y para qué sirve una limpieza facial profunda
Una limpieza facial profunda es un tratamiento pensado para mejorar la salud y el aspecto de la piel del rostro. Con una limpieza facial profunda es posible eliminar los puntos negros, las impurezas de la piel y los comedones. De esta manera, con este tipo de limpieza es posible conseguir que la piel tenga mucha más frescura, vitalidad y luminosidad.
Con una limpieza facial profunda conseguirás ayudar a tu piel a que respire de nuevo, podrás regenerar las células y conseguirás mantener un aspecto mucho más saludable en tu rostro, estimulando la producción de colágeno, de reticulina y de elastina y logrando mejorar la absorción de todas las cremas, serums y productos nutritivos e hidratantes que incluyas en tu rutina de belleza.
Una limpieza facial profunda está pensada para eliminar el aspecto del rostro cansado, para atenuar las ojeras y las líneas de expresión y para nutrir e hidratar la piel, consiguiendo que ésta pueda recuperar la luminosidad y la suavidad que la caracteriza y ayudando a tu rostro a lucir saludable y joven.
Si limpias la piel de tu rostro a diario en casa por las mañanas durante el baño y por las noches para desmaquillarte, debes saber que esta limpieza no es completa porque se trata de una limpieza superficial. De esta manera, para realizar una limpieza facial profunda te recomendamos visitar al menos una vez al mes a un especialista con el que poder disfrutar de una limpieza facial profunda profesional.
A continuación explicamos cómo se realiza una limpieza facial profunda paso a paso. Lo primero es eliminar el maquillaje y las impurezas de la piel utilizando un limpiador dermocosmético indicado según el tipo de piel que tengas, para finalizar después realizando la limpieza con agua.
El siguiente paso es la exfoliación. Tendrás que remover los puntos negros, las células muertas y los granitos usando un producto exfoliante y acompañándolo de un masaje suave de manera circular en la zona de las mejillas, de la frente, del mentón y de la nariz.
Por otro lado, la limpieza facial profunda continua con la vaporización. En este paso se abren los poros con vapor para que los productos que pensamos utilizar después puedan penetrar de manera más eficiente en el cutis. En este punto se utiliza un equipo profesional especializado que generará un chorro de vapor en el cutis, y éste se acompaña de aceites esenciales como el aceite de lavanda y el aceite de eucalipto, que permiten relajar el rostro, así como el ozono que desinfecta y descongestiona. Es importante escoger productos de cosmética facial adaptados a nuestras necesidades y a nuestro tipo de piel a fin de poder sacar el máximo partido posible a este tipo de tratamiento. De esta manera, realizando de manera regular una limpieza profunda en nuestra piel y escogiendo los productos de mayor calidad adaptados a nuestras necesidades, será posible mantener nuestra piel en óptimas condiciones, conseguiendo que todos estos productos puedan penetrar de forma más eficiente y profunda en todas las capas de nuestra piel con las mejores garantías.
A continuación llega el momento de extraer los comedones. En este punto los expertos hacen un barrido por todo el rostro eliminando espinillas, granitos y puntos negros, y realizando una presión leve con los dedos en las zonas más llenas de impurezas para poder extraerlos. Se trata de un procedimiento que debe hacerse con guantes y con productos desechables, protegiendo al máximo la higiene de los usuarios.
Por otro lado, llega el momento de aplicar una mascarilla. Esto se hace cuando la piel ya está libre de granitos, de impurezas, de espinillas y de puntos negros. La mascarilla debe escogerse siempre según el tipo de piel. Existen mascarillas para pieles grasas, mascarillas para pieles secas, mascarillas con fines hidratantes y mascarillas nutritivas. La mascarilla se dejará actuar unos 20 minutos, y después se retirará con infusión de manzanilla y con agua, aportando una eficiente sensación antiinflamatoria y calmante al cutis.
Por otro lado, el siguiente paso es cerrar los poros, tonificar la piel y equilibrar su PH, usando un tónico que debe extenderse por todo el cutis con un masaje suave. A continuación llega el momento de hidratar la piel con una crema hidratante con la que vamos a poder recuperar la elasticidad e hidratación de la piel evitando que ésta se quede con una sensación reseca y áspera.
Por otro lado, llega el momento de sellar los poros con un equipamiento especial que permite aplicar pulsos de alta frecuencia. Con este dispositivo realizamos un recorrido por todo el rostro, consiguiendo un efecto tensor, descongestionante y con una gran acción antibacteriana.
Finalmente aplicamos el protector solar. Es un paso importante a la hora de finalizar la limpieza facial, ya que sólo de esta manera podremos terminar el procedimiento y ver los resultados finales de la piel tersa, suave y llena de vida.
Es fundamental cuidar al máximo la piel con limpiezas faciales profundas regulares ya que la piel es el órgano más grande que encontramos en nuestro cuerpo, y tiene funciones tan importantes como la protección contra las agresiones físicas externas como los rayos UV y los agentes infecciosos o la contaminación ambiental.
Si quieres mantener tu piel saludable te recomendamos incluir frutas y verduras en la alimentación de tu día a día, tomar de manera regular unos cuatro vasos de agua al día, lavarte el rostro todas las noches antes de irte a dormir, usar cremas hidratantes y nutritivas según tu tipo de piel, aplicarte protector solar al menos dos veces al día y realizarte esta limpieza facial profunda profesional al menos una vez cada mes.