La higiene es un aspecto esencial tanto para las personas como para los animales. En el caso de los roedores hay que tener especial cuidado ya que un mantenimiento inadecuado de las jaulas y una falta de higiene de estas puede conllevar a serios problemas para la salud de las mascotas derivados a causa de la contracción de enfermedades. Sin olvidarnos, por supuesto, de los problemas de malos olores que genera una jaula sucia.
En este artículo hemos elaborado una serie de recomendaciones para que aprendas cómo mantener limpia y en perfecto estado la jaula de los roedores. Sigue leyendo para aprender cómo hacerlo.
¿Cada cuánto tiempo hay que limpiar la jaula de roedores?
Aunque, por lo general, los roedores son animales muy limpios con su higiene personal —ya que estos suelen realizar las necesidades siempre en el mismo lugar— ello no implica que tengamos que descuidar el mantenimiento de su jaula. Los aconsejable es que la jaula sea limpiada, como mínimo una vez por semana. Debes tener en cuenta, así mismo, que los roedores son animales con necesidades especiales —como es el caso de las cobayas—. Así que, independientemente de su limpieza, es importante que tengas en cuenta también sus necesidades especiales en cuanto a su alimentación, así como para la adaptación a los espacios. Puedes conocer más sobre ello en el siguiente enlace: roedorespedia.com/cuidados-de-las-cobayas/.
¿Cada cuánto tiempo hay que limpiar los comederos y bebedores?
Lo más recomendado es que los comederos y bebedores de los roedores se limpien cada 2 o 3 días. Para proceder a su limpieza debes utilizar agua caliente con jabón. Por supuesto, asegúrate de aclararlos adecuadamente para que no quede ningún resto de jabón en el recipiente. Así mismo, en el caso del bebedero, es importante que cambies el agua cada día para que esta se mantenga limpia y fresca.
¿Cómo limpiar la jaula?
Para limpiar la jaula debemos proceder a retirar todos los elementos que tenemos en su interior, como pueden ser las hamacas, telas, objetos de cartón, accesorios de plástico… No te olvides de desmontar la jaula por completo, incluidas las tapas de plástico de la parte inferior. Lo siguiente que debes hacer es proceder a su limpieza con agua y jabón. Lo más aconsejable es que lo hagas en el patio, ayudándote con una manguera. Ahora bien, también puedes optar por lavar la jaula en la bañera. Límpiala con jabón y frótala con un cepillo o estropajo hasta haber cubierto todos los barrotes. Puedes usar también espray desinfectante y detergente —solo para los accesorios de plástico—. Finalmente, asegúrate de enjuagarla adecuadamente para que no queden restos de ningún producto de limpieza.
Seca bien la jaula
Puedes optar por dejar que la jaula se seque al sol —tras haber pasado la toalla previamente—. Si el tiempo no acompaña, asegúrate de que no quedan restos de humedad en los barrotes o en las superficies de plástico para evitar que se mojen los roedores.
Deshazte de los residuos
Deposita los restos de cartón que hayas utilizado para absorber la orina de los roedores o salpicaduras de agua del bebedero en la basura. Así mismo, deshazte de los residuos orgánicos, como el heno y la comida, en un contenedor orgánico.
Evitar que la comida entre en contacto con orina y excrementos
Cuando coloques la comida asegúrate de que esta no entre en contacto con la orina y con los excrementos —de esta forma evitarás que los roedores se infecten entre sí debido a los parásitos—. La posición de la comida depende del tipo de roedor del cual se trata. Así pues, merece la pena hacer una pequeña distinción ya que el comportamiento de las distintas especies varía entre sí:
- Cobayas, conejos y chinchillas: El heno debe tener su lugar especial en la jaula. Para ello, existe una rejilla especial que lo mantiene en el aire, a la altura óptima para que estos tres animales lleguen a él y puedan comer sin problema, pero sin que se ensucie nada.
- Hámster, ardillas y jerbos: Estas especies son de menor tamaño, por lo que la comida debe estar a su alcance en el comedero. Los mismos suelen almacenar la comida en rincones específicos de la jaula, por lo que debes tener cuidado de que esta no se pudra a lo largo de la semana y aparezcan bacterias.
Asegúrate que el bebedero no toque el suelo.
En todos los casos, debes asegurarte de que el bebedero no toque el suelo de la jaula. Es importante que la punta retráctil del bebedero cuente con unos centímetros de altura para que el agua no se salga y empape el lecho. Ello puede dañar las patas de los roedores.
Coloca los roedores en un lugar seguro
Cuando saques a los roedores de la jaula, asegúrate de que estos estén en un lugar seguro. Puedes utilizar un trasportín o una jaula auxiliar. Así mismo, puedes aprovechar para dedicar ese tiempo al juego mientras otra persona los supervisa.
Limpia los alrededores del espacio para la jaula
Muchas veces los roedores lanzan la comida o salpican con agua los alrededores. Por ello, al proceder a la limpieza de la jaula, es importante que tengas en cuenta, también, la limpieza de las paredes de los alrededores, la mesa o estantería sobre la cual estén colocados…
Lava las telas
Muchas jaulas cuentan con materiales hechos de tela o trapos, así como las hamacas y otros textiles que se utilizan para mejorar la comodidad o para entretener a estos animales. En este caso, en el momento de limpiar la jaula, estos deberán ser lavados en la lavadora. Asegúrate de utilizar detergentes hipoalérgicos para que nos les cause daño en la piel o en los ojos.
Redecora la jaula
Por último, para que tus roedores —ya sea un hámster, una cobaya o una rata— estén entretenidos, redecora el interior de la jaula. Puedes hacer esto cada semana para que los roedores estén entretenidos. Además, de esta forma estarán más activos y más felices.