¿Eres amante de la cerámica? ¿Tu casa está repleta de revestimientos cerámicos en las paredes o pavimentos cerámicos en el suelo? Si te preocupa la conservación de los mismos y quieres que estos estén siempre brillantes y relucientes, entonces no te pierdas los trucos que te ofrecemos en este artículo.
Y es que, como en todos los materiales, la cerámica tiene sus técnicas y métodos de limpieza para proporcionar mejores resultados y mayor facilidad, sin complicaciones a la hora de limpiarla. A continuación, te explicamos los consejos que debes tener en cuenta tanto en los revestimientos cerámicos como en los pavimentos.
Limpieza de los revestimientos cerámicos de la pared
La cerámica o azulejos de las paredes del baño, así como de la cocina suelen mancharse con mayor frecuencia que cualquier otro tipo de revestimiento cerámico. Y es que, en cualquiera de los casos, estos están expuestos a manchas o salpicaduras, ya sea de aceite, de jabón —al lavarse las manos—, etc. Sin olvidar que son uno de los lugares que más gérmenes y bacterias acumulan.
Una de las mejores soluciones para llevar a cabo la limpieza de la cerámica en paredes —y sin necesidad de tener que emplear productos químicos— es la utilización de vinagre y agua en iguales cantidades. Lo que podemos hacer es mezclar ambos líquidos en un dispensador de tipo aerosol y con un paño limpiar los azulejos. Recuerda que debes dejarlo actuar un tiempo para que la acción sobre las manchas sea mayor. Esta técnica es muy útil, también, para eliminar el sarro de los azulejos del baño —concretamente los de la ducha, en caso de que tenga—.
Por otro lado, también puedes probar otra mezcla que te resultará muy útil a la hora de eliminar las manchas de los azulejos. Esta es mediante la combinación de bicarbonato sódico con agua oxigenada y jabón para lavar los platos. No te olvides de dejarlo actuar durante unos minutos para que esta haga mayor efecto.
Limpieza de los pavimentos cerámicos del suelo
La cerámica para construcción de los pavimentos del suelo suele estar hecha de distintos materiales, los más comunes son el gres, los porcelánicos, la pasta roja, la pasta blanca y el barro. Si quieres que la capa vítrea de estos azulejos recupere su brillo y esplendor, entonces es aconsejable que tengas en cuenta los siguientes trucos.
En primer lugar, debes saber que estos materiales son muy resistentes, por lo que pueden utilizarse productos químicos sin problemas. Ahora bien, si prefieres una alternativa que ofrezca buenos resultados y que no resulten tan degradantes, entonces puedes optar por el vinagre. Al igual que en las paredes, a la hora de limpiar el suelo, este debe mezclarse con agua tibia. Lo siguiente será pasar un trapo limpio humedecido con agua por todo el suelo. Por último, debes usar un trapo seco para conseguir que los azulejos brillen más.
Otra alternativa pensada, sobre todo, para las cerámicas exteriores es la de mezclar agua tibia con detergente. El proceso es sencillo, este debe pasarse por toda la superficie cerámica, haciendo hincapié en las esquinas. Lo siguiente será esperar a que se seque. Es una buena alternativa para la cerámica del patio, así como para la de la terraza o para la de la piscina.
Limpieza de las juntas
Tanto en los pavimentos como en los revestimientos, las juntas de los azulejos cerámicos suelen generar bastantes problemas ya que en ellas se acumula la suciedad. Sin embargo, para la limpieza de estas también existe una solución —aunque el trabajo es un poco más costoso—. Existen varias formas de limpiar las juntas y eliminar toda la suciedad, así como la acumulación de sarro —en el caso de las juntas del baño—. Lo que necesitamos es un cepillo de dientes. Ahora bien, este puede ser mezclado por un lado con lejía —o cloro— y por otro, con amoníaco, vinagre y detergente. Ambas fórmulas son efectivas. Lo único que necesitarás es tiempo y paciencia para limpiar cada una de las juntas.
Agente limpiador según el tipo de mancha
A rasgos generales podemos encontrar varios agentes limpiadores de cerámica, dependiendo del tipo de mancha. Así pues, si la mancha se trata de cemento o calcio, lo más útil suelen ser los ácidos orgánicos diluidos —como el vinagre—. En el caso de manchas de aceite, se puede emplear alcohol etílico sin diluir. Si son grasas, el bicarbonato con agua también resulta muy eficaz. Ahora bien, si se trata de pintura, será necesario utilizar un disolvente específico. En el caso de que la mancha sea de yodo, podemos emplear agua oxigenada y si la mancha es de betún, tricloroetileno. Por último, si la mancha es de café, té o zumos, podemos utilizar detergente en agua caliente, y si es de sangre, agua oxigenada con lejía.