En la actualidad existen diferentes métodos de mantenimiento para una piscina y uno de los preferidos por los expertos es la cloración salina. En este artículo te contamos en qué consiste y cómo es el mantenimiento de una piscina con cloración salina.
Pautas de mantenimiento de una piscina con cloración salina
Lo primero que debes saber es que si tienes una piscina de cloración salina será fundamental ocuparte del clorador salino de igual manera que se hace con una instalación de cloro clásica. En la actualidad los equipos de cloración salina han avanzado mucho y son especialmente fiables. Estos equipos incorporan diferentes funciones que hacen mucho más sencillo el mantenimiento de una piscina, pero requieren de unos cuidados mínimos para su correcto funcionamiento.
Además algunos equipos incluso son compatibles con aplicaciones para mantener una piscina salina en las mejores condiciones posibles. Otros funcionan con células cloradoras que son autolimpiables y que se basan en la polaridad de la corriente, ya que ésta se va invirtiendo cada poco tiempo para conseguir eliminar la suciedad de los electrodos de forma natural mediante un efecto que se denomina electrólisis.
Para el correcto mantenimiento de una piscina con cloración salina es importante tener en cuenta que en algunos casos la cal, los minerales y la suciedad pueden acumularse sobre los electrodos cubriendo las placas metálicas. Es por ello que resulta fundamental limpiar de forma eficiente estos mecanismos para evitar que la producción de cloro salino disminuya. Si el agua de tu piscina tiene mucha cal será más frecuente que el equipo pueda averiarse y dejar de producir cloro o también aumentar su producción. Ambas cuestiones son peligrosas porque pueden provocar reacciones en la piel en el caso de un exceso o la aparición de suciedad y algas si a tu piscina le falta cloro.
De esta forma, para utilizar y mantener de manera eficiente un clorador salino resulta fundamental medir el agua de la piscina una vez por semana. Si bien estos equipos suelen incorporar sensores y funciones para medir parámetros del agua tan importantes como el pH, la sal o el cloro, estas revisiones manuales serán vitales para el buen mantenimiento de una piscina con cloración salina.
Si el pH de la piscina se encuentra muy bajo el agua aparecerá transparente aunque tengan muy poco cloro, pero esto no es bueno porque el agua tan ácida puede dañar la estructura de la piscina, la piedra y el cemento, aunque sirva para mantener controladas a las algas y la suciedad en el agua. De esta manera es fundamental controlar el nivel de pH para saber si hay averías o si la sonda del dispositivo se encuentra averiada, porque en estos casos es posible que incluso haya que vaciar la piscina y arreglar toda la instalación.
Ahora bien, no deberías preocuparte en exceso porque el control que suele necesitar una piscina con cloración salina es bastante bajo en comparación con otras opciones. Simplemente con hacer un mantenimiento periódico que te permita revisar que todo el equipo está funcionando de forma correcta será más que suficiente.
Primero que nada, los expertos recomiendan medir el agua. En cuanto a los niveles de cloro éstos deben ubicarse siempre entre el 0,5 y el 1 ppm. En segundo lugar mediremos el pH, que debe encontrarse entre 7 y 7,4, para asegurarnos de que todo funciona bien. Si el agua de tu piscina se encuentra dentro de estos valores tendrás la confirmación de que todo el equipo está funcionando de forma eficiente y de que el agua es totalmente saludable para el baño.
Por otro lado también es importante comprobar que no haya ningún tipo de fuga de agua. Para comprobarlo simplemente tendrás que revisar que el suelo se encuentre seco. Al mismo tiempo en esta revisión debes asegurarte también de que tu piscina con cloración salina no tiene entradas de aire. Una fuga puede provocar que entre aire y que salga agua, con lo que es importante tener cuidado también en este punto. No te olvides tampoco de revisar los diferentes tubos y elementos de la depuradora, como por ejemplo el prefiltro, la bomba y el filtro de arena.
Asimismo, hay otros casos concretos en los que también resulta fundamental medir el pH del agua de la piscina. Por ejemplo, cuando llega una ola de calor y el sol está calentando muchísimo más el agua de la piscina, será fundamental asegurarnos de que el clorador salino irá generando más cloro del que se está evaporando. De esta forma, si el nivel de cloro baja bastante será importante aumentar las horas en las que la piscina está depurando, añadir algo de cloro líquido o de cloro granulado en el agua o directamente poner un estabilizador de cloro. También tendrás que utilizar un regulador de pH para poder medir el agua e inyectarle ácido cuando la necesite para evitar que las algas y otros microorganismos puedan proliferar en tu piscina. Además es importante que todos los meses compruebes también que la célula se encuentra limpia. Es básico revisar los electrodos metálicos y también que no existen fugas de agua.
Por último, los expertos recomiendan revisar los equipos específicamente en las piscinas con el agua dura (proveniente de un pozo, por ejemplo), ya que la cal y diferentes minerales se adherirán mucho más rápidamente a los electrodos de la célula cloradora. De esta manera es importante revisar todo el mecanismo con más asiduidad y limpiarlo siempre que sea necesario usando únicamente agua para no corroer la célula.